En el centro de C& están las y los artistas – sus voces, sus prácticas, sus realidades.

Quienes escriben en C& no escriben sobre artistas sino con ellas y ellos – en diálogo, con sensibilidad hacia la lengua, la historia y el contexto. Esto implica observación cuidadosa, una criticidad empática y una conexión cultivada con los asuntos urgentes de nuestro tiempo.

Las personas traductoras son esenciales en este proceso – no como intermediarias, sino como intérpretes activas que llevan voces entre lenguas y geografías. Aunque trabajamos dentro de lenguas coloniales, buscamos ir más allá abrazando la pluralidad lingüística y los saberes situados.

Las personas curadoras pueden desempeñar un papel crucial a la hora de crear las condiciones para el diálogo artístico. Junto a artistas, ayudan a elaborar marcos, tejer redes y sostener espacios de intercambios translocales. Este trabajo garantiza que el arte no exista en el vacío, sino en ecosistemas vivos y cambiantes.

Lo que une quienes producen cultura es un compromiso compartido con explorar la expresión artística, la memoria, el poder y la identidad – sin limitarse a una geografía, una lengua ni una disciplina.